La viruela figura entre las
enfermedades más devastadoras que jamás hayan existido en la historia de la
humanidad. Alteró dramáticamente el curso de la historia, incluso contribuyendo
al declive de civilizaciones enteras. Se declaró erradicada en 1979
después de un programa de vacunación que está considerado como una de las
victorias más importantes de la medicina moderna.
La viruela es una enfermedad aguda y
contagiosa causada por el virus “variola”. Recibe su nombre del término en latín
que significa “moteado”, haciendo referencia a los bultos y pústulas que
aparecen en el rostro y cuerpo de los afectados. Históricamente el virus ha
matado al 30% de las personas que lo han contraído. Los que han sobrevivido a
menudo quedaban ciegos, estériles, y con profundas cicatrices, o marcas de
viruela, en la piel.
Se transfería por contacto directo con
los infectados o a través de fluidos corporales, también a través de objetos
contaminados como las camas, y la enfermedad tenía dos variantes. La Viruela mayor, que era
la más común y la más severa y letal. Y la Viruela menor, que causaba una enfermedad
menos agresiva, que era mortal en menos del 1 por ciento de los casos. Las
otras formas, menos habituales, eran: la hemorrágica y la maligna. Ambas
causaban irremisiblemente la muerte.
Las primeras Víctimas
Se cree que la Viruela se originó en
la India o en Egipto hace 3.000 años. Las pruebas más tempranas de la
enfermedad datan del Faraón Egipcio Ramsés V, quien murió en 1157 a.C. Sus
restos momificados muestran marcas de viruela en su piel.
La enfermedad se extendió luego hacia
las rutas del comercio en Asia, África y Europa, llegando finalmente a las
Américas en el siglo XVI. Los indígenas no tenían ninguna inmunidad natural.
Y se estima que un 90 por ciento de las muertes indígenas durante la
colonización Europea fue a causa de enfermedades y no por la conquista militar.
La Viruela contribuyó al declive del
Imperio Azteca, en lo que ahora es Méjico, después de la llegada del virus con
los conquistadores Españoles en el 1519. Más de tres millones de aztecas
sucumbieron a la enfermedad. Gravemente debilitados, los aztecas fueron vencidos
fácilmente. La viruela también causó la muerte de un Emperador Inca y eliminó
gran parte de la población Inca del Oeste de Sudamérica.
En Europa, se estima que la viruela
acabó con 60 millones de personas sólo en el siglo XVIII. Y en el siglo XX, con
unos 300 millones de personas en todo el mundo.
La Victoria de la Vacuna
La batalla humana contra la viruela
comenzó hace 2.000 años. En Asia, una técnica conocida como “viruelización” se
basaba en infectar deliberadamente a la persona, introduciendo con aire a
presión, costras de viruela, por la nariz. Los que recibían este tratamiento,
contraían un tipo más benévolo de viruela y desarrollaban una inmunidad de por
vida.
En 1796, se realizó un descubrimiento
clave, gracias a un experimento del doctor Inglés Eduard Jenner, que mostró que
la inoculación de una variedad similar de la viruela, que está presente en las
vacas, podría protegernos contra la enfermedad. El descubrimiento de Jenner fue
clave para el posterior programa de vacunación,
especialmente crucial ya que no hay ningún tratamiento efectivo para la
viruela.
En 1967, entre 10 y 15 millones de
personas contrajeron la viruela, y la Organización Mundial de la Salud lanzó
una campaña mundial de erradicación basada en la vacunación. Gradualmente la
enfermedad se fue concentrando sólo en el Cuerno de África, y el último caso
conocido ocurrió en Somalia en 1977.
Pese a que la Viruela se ha convertido
en protagonista tan sólo en los libros de historia, hay una pequeña posibilidad
de que vuelva a amenazarnos como arma
biológica. Estos miedos se multiplicaron en los Estados Unidos
después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001. Pese a que el
riesgo de dicho ataque bioterrorista es muy bajo, los EEUU han acumulado
suficientes vacunas para tratar a todos sus ciudadanos.
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